ANAYET

Sobre las  diez de la mañana un grupo de Mendigorrianos y allegados invaden Formigal, para la conquista de uno de los importantes del Pirineo, no por su gran altura si no por su belleza.

Una vez organizados nos acercamos por la carretera al parking de Anayet, "más vale que vamos a parar enseguida a almorzar" porque con las ganas y ritmo acelerado de salida, no creo que lleguemos muy lejos.

Una vez saciados, vamos al encuentro del barranco de Culibrillas, el cual no dejaremos hasta los ibones.

CON EL CUIDADO QUE SUBIERON Y COMO LO BAJARON

El grupo no se estira mucho y al tener que saltar en numerosas veces el riachuelo, no necesitamos parar. Poco a poco vamos ganando altura.

Llegamos al último esfuerzo antes de los ibones. En este trozo el camino se hace un poco más duro, pero la recompensa está cerca.

Ya estamos en nuestro primer objetivo, los ibones del Anayet. El sitio sigue estando alucinante aunque los que lo hemos conocido con más agua nos llevamos un poco de desilusión.

Sin más descanso nos ponemos en marcha hacia el collado, que nos sorprende con un gran nevero.

Ya estamos en el tramo de más respeto, las cadenas. Poco a poco lo vamos pasando entre risas y  tensión.

Al ser un grupo numeroso (no me esperaba que subiría tanta gente) nos vamos ralentizando y la chimenea al tener piedra suelta tampoco nos ayuda mucho.

 “Ya estamos en la cimaaaa”

IBON CON EL VALLE DE TENA AL FONDO

 Empezamos el descenso y conseguimos que el nevero con sus patinazos nos quite toda la tensión acumulada.

IBON CON EL MIDI DE FONDO

De la bajada no tengo fotos. No sé si por la lluvia o el granizo, pero como corrieron los condenados.

UN GRAN DÍA PESE AL CHAPUZÓN